¿Por qué mi perro siempre tiene hambre?
- Tails.Co

- 22 ene
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Los perros son criaturas expresivas. Sus rostros y cuerpos son capaces de decirnos mucho: dolor y placer, excitación y miedo. Pero un sentimiento que rara vez comunican es: “No más comida, por favor, estoy lleno”. Al parecer, los perros siempre tienen hambre y nunca rechazan algo sabroso, sin importar cuánto hayan comido.

Las razones van desde la genética y la dieta hasta los malos hábitos de los dueños y enfermedades graves. La información que te daremos a continuación podría ayudarte a evitar que tu perro se interese tanto por la comida.
Decir que algunos perros pueden ser glotones es quedarse corto. Sin embargo, existe una diferencia entre las mascotas que usan toda su astucia para conseguir una o dos sobras de la mesa y aquellas que están constantemente pidiendo más comida, incluso después de haber sido alimentadas.
Estos ladridos y lloriqueos incesantes pueden comenzar siendo simplemente irritantes, pero cuanto más duren, más podrá sospechar un dueño que algo anda mal con su perro: ¿por qué sigue teniendo hambre? Bueno, hay toda una serie de razones y los dueños podrían tener que realizar un pequeño trabajo de investigación para llegar al fondo del asunto.
Está en sus genes
Curiosamente, el apetito aparentemente insaciable de tu perro podría tener su origen en sus antepasados. Los adorables caninos actuales fueron domesticados a partir de lobos hace decenas de miles de años, pero conservan algunos de sus instintos lupinos.
Como muchos animales de caza, los lobos en estado salvaje tienden a comer tanto como pueden de una sola vez, lo que los protege contra unos pocos días de caza estériles. Esta es también la razón por la que puedes ver a tu perro enterrando huesos o juguetes: los lobos hacen lo mismo para esconder un suministro de comida de emergencia en caso de que las cosas se pongan difíciles.
Por ello, es posible que tu perro todavía piense que necesita comer para evitar un posible período de hambruna, algo de lo que, por supuesto, no tiene por qué preocuparse. Además, el proceso de domesticación también podría contener algunas pistas. Cuando los humanos entrenaban a los perros para que completaran tareas, los animales que respondían bien a los incentivos de premios serían los seleccionados para reproducirse. A lo largo de las generaciones, esto daría como resultado perros ansiosos por trabajar duro a cambio de comida.
Es un problema con su dieta
Si bien es posible que tu perro esté canalizando su lobo interior cuando pide comida, también podría estar simplemente tratando de comunicar que su dieta actual no se adapta a sus necesidades.
No hay nada de malo en que un dueño haga un inventario de lo que le da de comer a su perro. Por ejemplo, si hace mucho ejercicio o trabaja durante todo el día, es posible que quieras considerar aumentar su asignación. Siempre puedes reducirla si comienzas a notar un aumento de peso.
Sin embargo, podría ser simplemente una cuestión de cantidad. Una forma de remediar esto es buscar recetas con alto contenido en fibra. Si te resulta difícil encontrar comida para perros rica en fibra, algunos veterinarios recomiendan agregar verduras, como papa o camote, a sus comidas.
¿Cómo saber s le estoy dando el tipo de comida adecuado?
Un lugar donde buscar pistas es en sus heces. De hecho, eso es lo que hacen los científicos nutricionistas cuando intentan determinar qué tan digerible es un alimento para perros. Es posible considerar cambiar a alimentos para perros con un alto nivel de digestibilidad. Si bien estas cifras a veces pueden ser difíciles de encontrar, cualquier producto con un índice de digestibilidad superior al 88 % se considera excelente, mientras que cualquier valor inferior al 75 % es deficiente.
¿Le estoy dando demasiados premios a mi perro?
Otra razón por la que tu perro podría estar constantemente pidiendo más comida es que ha descubierto que eres un poco barco a la hora de darle premios. En comparación con la comida para mascotas, los premios están diseñados para ser ricos en calorías y extra sabrosos, ya que los perros tienen más probabilidades de aprender nuevas habilidades cuando se les ofrecen.
Sin embargo, no son tan completas desde el punto de vista nutricional como la comida para mascotas y es el equivalente a darle a un niño pequeño acceso ilimitado al helado: es posible que no sepa cuándo parar. Alternativamente, es posible que tu perro haya aprendido a asociar el pedir premios con un poco de cariño.
Uno de los consejos más repetidos sobre este tema es mantener los premios por debajo del 10% de la ingesta calórica de tu perro para no alentarlo a seguir mirándote con esos ojos grandes e irresistibles.
Es un síntoma de una enfermedad
Hay que estar atentos a otros síntomas que tu perro pueda presentar junto con un aumento del apetito. Estos podrían incluir:
Aumento de la micción o defecación
Aumento de la sed
Vómitos o diarrea
Aumento o pérdida de peso
Cambios en el tamaño de los músculos o del abdomen
Si detectas alguno de estos cambios, deberás hacer una cita con tu veterinario para que pueda realizar pruebas para ver si hay un malestar más profundo detrás de su hambre.
¿Mi perro tiene parásitos?
Una de las razones por las que un perro puede parecer insatisfecho con la cantidad de comida que se le pone delante es que algo impide que los nutrientes se absorban en su sistema. Por ejemplo, los parásitos que viven dentro de los órganos de un perro, como los gusanos, podrían estar robándole la cena, dejándolo con la sensación de que no ha comido nada.
Esto también puede provocar pérdida de peso, malestar o hinchazón estomacal, letargo o un pelaje de aspecto opaco. Al mismo tiempo, es posible que puedas detectar gusanos en las heces de tu perro o verlo raspando su trasero en el suelo.
Afortunadamente, existe una gran variedad de medicamentos antiparasitarios disponibles para tratar la infestación y las medidas preventivas también pueden ayudar a reducir la probabilidad de recurrencia. De todas formas, si es este tu caso, acude primero con tu médico veterinario para una revisión y valoración.
¿Mi perro tiene depresión?
En otras ocasiones, el problema no está en el cuerpo del perro, sino en su cabeza. Al igual que los humanos, los perros pueden sufrir depresión y, muy a menudo, esto puede afectar su apetito. Algunas mascotas dejarán de comer por completo, mientras que otras comerán para consolarse y parecerán tener hambre constantemente.
Hay una serie de otras señales de advertencia a las que debes prestar atención si crees que este es el caso, desde letargo general y retraimiento hasta comportamiento inesperadamente agresivo y apego. Si tu mascota parece retraída, se recomienda que consideres qué cambios en el entorno o la rutina diaria pueden haber causado angustia a tu mascota. Esto podría deberse a que los dueños regresaron al trabajo, una nueva mascota o un niño en la casa o una lesión.
Teniendo esto en cuenta, es posible intentar levantarle el ánimo, ya sea programando más tiempo de juego o comprando más juguetes para mantenerlos mentalmente estimulados. Los veterinarios pueden recetar medicamentos para ayudar en circunstancias más extremas.
Ahora que ya te dimos varias razones por las cuáles tu perro parece barril sin fondo, te invitamos a suscribirte a nuestro blog para que sigas recibiendo información relevante sobre tu mascota. Y recuerda siempre apoyarte en la opinión de un experto en el tema, como tu médico veterinario de confianza.




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