¿Cómo manejar un estómago sensible?
- Tails.Co

- 30 jul
- 4 Min. de lectura
Todos los dueños de mascotas hemos tenido que lidiar con situaciones desagradables provenientes de la parte delantera y trasera. A menudo se trata de un hecho aislado. Es posible que hayan comido algo desagradable o demasiado rico, o que hayan contraído un virus. Pero si es un problema continuo, podría ser un signo de estómago sensible.
A continuación te ofreceremos algunos consejos generales sobre posibles causas y posibles acciones cuando se trata de estómagos sensibles. No hace falta decir que esto siempre debe ir de la mano de la opinión de un experto, tu veterinario. Comprender el estómago de tu mascota puede ser un campo minado y controlar lo que entra en su boca a veces es imposible. Sin embargo, descubrir sus necesidades alimentarias y digestivas específicas puede ser vital para su salud y felicidad en general.

Muchos perros y gatos tienen un estómago sensible por naturaleza, otros tienen intolerancias alimentarias y, a veces, es un síntoma de algo más grave. Sin embargo, elegir una dieta que se adapte a tu mascota y alimentarlo con los alimentos adecuados puede ayudar enormemente con sus problemas digestivos.
¿Qué es un estómago sensible?
Al igual que ocurre con las personas, en ciertos perros y gatos pueden desencadenarse afecciones como diarrea esporádica o hinchazón estomacal si algo no les sienta bien. Si tu mascota muestra alguno de los siguientes síntomas, es posible que experimente sensibilidad estomacal:
Intolerancia a muchos alimentos o sensibilidad a pequeños cambios en la dieta
Heces blandas periódicas o diarrea
Constipación
Hinchazón
Ataques de vómitos o regurgitación
Mucho gas
Pérdida de apetito o pérdida de peso
Estos son solo algunos de los síntomas más comunes de una extensa lista. En el caso de los perros y gatos con estómago sensible, estos problemas suelen persistir durante períodos prolongados y pueden resultar resistentes a diversas formas de tratamiento o intervención.
¿Qué causa los problemas estomacales?
Algunas mascotas tienen mala suerte y nacen con un estómago sensible heredado. Sin embargo, es importante tener en cuenta que un “estómago sensible” no es un diagnóstico, sino un signo de un problema subyacente que debe solucionarse. Los episodios ocasionales de gases o heces blandas son parte integral de la vida de un perro y de un gato (y de un humano también), pero si estos síntomas persisten a largo plazo, podría tratarse de un problema subyacente.
Qué hacer si mi mascota es de estómago sensible
Lo primero y más importante es descubrir qué podría estar causando los problemas digestivos. Si vomita después de comer algo no deseado, esto es normal y probablemente bienvenido. Una o dos veces que experimente diarrea o vómitos probablemente no sean motivo de preocupación.
Pero, como hemos dicho, los problemas estomacales pueden deberse a una variedad de cuestiones; tu veterinario te ayudará a identificar la causa. Intentará averiguar si el problema está en el estómago o en alguna otra parte del cuerpo. Si está en el estómago, podría deberse a parásitos, infecciones, sensibilidad a los alimentos o enfermedad inflamatoria intestinal. Si está en otra parte del cuerpo, como los riñones, el hígado o el páncreas, puede afectar a su digestión.
Según el diagnóstico, el veterinario recomendará el mejor protocolo, que puede incluir una dieta con ingredientes limitados, para identificar y eliminar los desencadenantes. Sin embargo, si han descartado los problemas más graves y tu veterinario no te ha sugerido una dieta en particular, tal vez sea el momento de analizar lo que ya le estás dando de comer a tu mascota.
Qué darle de comer a un estómago sensible
Todas las mascotas tienen gustos y sensibilidades únicas, por lo que, lamentablemente, no existe una respuesta fácil para un estómago sensible. El primer protocolo es entender qué es exactamente lo que está consumiendo. Si aspira la basura o mordisquea la bandeja de arena, es hora de controlar ese consumo. Una vez que hayas controlado eso, es hora de concentrarte en su comida principal.
Podrías considerar un tipo diferente de alimento, por ejemplo, una dieta a base de alimentos secos, húmedos o frescos. Las recetas que son de alta digestibilidad podrían ser una gran opción. A menudo, es más fácil identificar lo que hay en las dietas de ingredientes limitados, lo que puede ser una buena opción si tienes dificultades para comprender qué es lo que molesta al estómago de tu amigo peludo.
Muchas mascotas pueden ser sensibles a una proteína en particular, por lo que es esencial encontrar un alimento que contenga una fuente de alta calidad. También puede ser más fácil digerir una sola fuente y, por lo tanto, más fácil identificar qué está causando los problemas.
Cuando se trata de lidiar con la sensibilidad estomacal, no existe una solución única para todos. Hay perros y gatos de distintas razas, edades y tipos que suelen requerir dietas personalizadas, que a veces implican un poco de experimentación. El factor crucial radica en priorizar una dieta equilibrada y digerible que se adapte a las necesidades individuales de tu mascota.
¿Cómo puedo hacer una transición segura a un nuevo alimento si mi mascota tiene un estómago sensible?
Primer, ten paciencia y no apresures el proceso de transición. Comienza con un 20-25% del alimento “nuevo” y un 75-80% del alimento “viejo”. Luego, aumenta lentamente esa cantidad hasta el 100% durante el siguiente período de 7 a 10 días. Controla las heces de tu mascota y toma nota de los nuevos ingredientes que puedan o no sentarle bien.




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