Diarrea... ¿Culpa de la comida?

Un problema de alimentación común y que se pasa por alto con tanta frecuencia es cuando nuestras mascotas muestran signos de diarrea y heces blandas... Es fácil culpar a la comida. Lo cual tiene mucho sentido. Después de todo, es muy común debatir y tratar de averiguar qué alimento está causando el malestar digestivo a nuestra mascota... Pero, tal vez no es la comida.

Una de las fuentes más olvidadas (y comunes) de diarrea y otros problemas digestivos en los perros y los gatos puede estar relacionada con una infección causada por peligrosos parásitos acuáticos. Como la Giardia, una infección contraída del propio cuenco de agua contaminada de tu mascota o de tazones de agua compartidos en parques, charcos contaminados u otros lugares públicos.

Desafortunadamente, existen muchos errores desastrosos cuando al dar de beber agua a las mascotas. Errores que son totalmente evitables, y ni siquiera lo sabes. Entonces, esto nos deja llegar a la conclusión de que el agua potable, es el nutriente más descuidado en la dieta de un perro o gato.

No dejemos de tomar en cuenta que las mascotas contaminan su propia agua potable... ¿Cómo? A la hora de usar la lengua para recoger el líquido, la saliva cargada de gérmenes vuelve a gotear en el recipiente. Sin importar, la fuente, el agua potable contaminada puede contener colonias masivas de bacterias y otros organismos peligrosos.

La Giardia es un parásito causante de enfermedades que se puede encontrar en tazones de agua compartidos en parques, restaurantes y otros lugares públicos. También se puede detectar en arroyos y estanques suburbanos. Desafortunadamente, este germen común transmitido por el agua es capaz de causar serios problemas digestivos.

La giardia puede propagarse de un tazón de agua a otro... lo que puede provocar la infección de otras mascotas. Y lo que es más preocupante, es que el bebedero de tu mascota también puede estar contaminado con bacterias aún más peligrosas, como E. coli, Salmonela y bacterias Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM).

Además, el tazón de agua de tu mascota, está expuesto al incesante proceso de evaporación, lo que significa que conforme se va evaporando el agua, queda una “sopa” causante de enfermedades que quedan en el tazón y se vuelve más concentrada. Lo que significa que hay más gérmenes en cada litro de agua. Lo que hace que esa agua contaminada ahora sea más potente y más peligrosa. Por lo tanto, es más probable que cause diarrea y heces blandas en tu mascota.

La forma más fácil de combatir el aumento constante de gérmenes en el agua es diluirla continuamente. Simplemente agregar agua al tazón cada vez que tengas la oportunidad, lo que hará que sea menos concentrada. Y así debilitar la “dosis” de los gérmenes. Agua limpia servida en un tazón grande de acero inoxidable para que tu mascota tenga acceso continuo al agua para reducir el riesgo de deshidratación. El agua limpia y fresca debe estar disponible en todo momento para tu mascota.

El mayor error que cometen los dueños de mascotas, es elegir un bebedero demasiado pequeño. Los tazones pequeños hacen que sea imposible mantener la cantidad de gérmenes en el recipiente lo suficientemente diluidos y a tu mascota adecuadamente hidratada.

Nuestro mejor consejo, independientemente del tamaño de tu mascota, es que sirvas el agua en el recipiente más grande que puedas encontrar para ayudar a diluir la concentración de gérmenes en el recipiente. Y, para mayor protección, que el recipiente esté hecho de acero inoxidable de alta calidad de preferencia. Son mucho más fáciles de mantener limpios, aguantan diferentes tipos de climas y son los mejores para resistir la corrosión y los detergentes fuertes para lavar. Por último, te recomendamos lavar el recipiente de tu mascota, a fondo, por lo menos una vez por semana.